BMCR 2017.11.05

Assemblee politiche e spazio teatrale ad Atene. Ithaca

, Assemblee politiche e spazio teatrale ad Atene. Ithaca. Padova: CLEUP "Coop. Libraria Editrice Università di Padova", 2016. 347. ISBN 9788867875047. €28.00 (pb).

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La obra objeto de estas líneas ofrece una historia de la utilización, desde época clásica hasta período romano, de los edificios teatrales de Dioniso en Atenas y Muniquia en el Pireo como sedes de asambleas y reuniones políticas. El libro se encuadra en una línea caracterizada por relacionar los ámbitos del teatro, especialmente la tragedia, y la política; esta línea, pese a contar con destacados precedents,1, conoció su mayor desarrollo en los últimos cincuenta años2 y en ella destacó, con un planteamiento teórico propio, la investigación italiana.3 El trabajo de Tozzi, sin embargo, se distancia de estas aproximaciones porque, dejando a un lado las relaciones entre la tragedia y su contexto histórico-político o las similitudes en estructuras de pensamiento que pueden compartir el género trágico y el pensamiento político, adopta, sobre todo, un enfoque topológico, espacial, haciendo hincapié únicamente en el uso político, asambleario, del espacio teatral, con especial atención a las razones que lo explican y a su cronología.

El libro, tras una brevísima presentación (“Premessa”) se abre con un capítulo introductorio (“Introduzione”) que revisa la historiografía de la investigación sobre la utilización política del teatro, desde el trabajo clásico y fundacional de W. A. McDonald,4 así como sus escasos precedentes decimonónicos, hasta las obras más recientes centradas en dicha temática.

Tozzi, una vez expuestos los antecedentes historiográficos e indicados aquellos aspectos que, en su opinión, constituyen sus puntos débiles, centra su trabajo en tres grandes secciones, cada una de las cuales configura uno de los tres capítulos que conforman el libro. En ellas se ofrece, respectivamente, un profundo análisis de las noticias que nos ofrecen las fuentes arqueológicas, literarias y epigráficas. La primera sección se centra en la revisión de los datos derivados de la actividad arqueológica desarrollada en los edificios teatrales atenienses, básicamente en el teatro situado al pie de la Acrópolis, y en el eclesiasterio de la Pnyx (“Capitolo I. L’assamblea ateniese”). La segunda parte tiene como objetivo el análisis de los testimonios que, en la literatura antigua, nos informan sobre la realización de asambleas políticas tanto en el teatro de Atenas como en el de Muniquia (“Capitolo II. La asambea nel teatro: le testimonianza letterarie”). Por último, en la tercera sección se estudia el material epigráfico que da cuenta de las reuniones políticas en ambos edificios teatrales, prestando atención a la frecuencia con la que éstas se llevaban a cabo, así como a otro tipo de reuniones, distintas a las asambleas, que también tuvieron como sede este tipo de edificación. La investigación se cierra con un extenso capítulo de conclusiones (“Considerazione conclusive”), un listado de abreviaturas de bibliografía epigráfica (“Abbreviazion”), una extensísima relación de las obras utilizadas (“Bibliografía”) y dos índices: uno de documentación literaria y epigráfica (“Indice delle fonti citate”) y otro onomástico y toponímico (“Indice dei nomi e dei luoghi”).

El análisis de esta variada documentación le permite trazar, a Tozzi, una historia de la utilización política del teatro en Atenas que pone en evidencia el carácter polivalente y polifuncional del edificio teatral y la sustitución gradual de la Pnyx por los teatros como sedes de las asambleas políticas. Proceso iniciado en época clásica con la asamblea que anualmente cerraba, en el teatro de Atenas, la fiesta de las Dionisias urbanas y continuado, durante la segunda mitad del siglo IV a.C., con la definitiva sustitución de la Pnyx por unos edificios teatrales que, en época helenística, pasaron a convertirse en sedes principales de las reuniones políticas. Este uso político del teatro, atestiguado desde el último cuarto del siglo V a.C., fue, en principio, un hecho excepcional, motivado, en muchas ocasiones, por las situaciones histórico-políticas vividas por la polis. Cabe destacar que, entre todos esos lugares ocasionales de reunión, solo el teatro siguió desempeñando con regularidad dicha función, quizás porque ya con anterioridad había acogido asambleas políticas.

La historia de este proceso se inicia con ese primer tipo de asamblea en sede teatral, ya mencionada, que se convocaba anualmente al finalizar las Grandes Dionisias para tratar temas relacionados con el desarrollo de la fiesta y del concurso trágico (Demóstenes, Contra Midias 8-9; 10; Esquines, Sobre la embajada fraudulenta 61 y Contra Ctesifonte 52) y a la que tanto la literatura como la epigrafía (ver Tabla II) denominan como ἐκκλησία ἐν Διονύσου; expresión que, como atestiguan dos decretos datados en la segunda mitad del siglo IV a.C. (ver Tabla II, números 7 y 8, p 191), también se utilizó para designar a asambleas que nada tenían que ver con dicha fiesta. La especialización de esta denominación para las reuniones de clausura de las fiestas de Dioniso se habría producido a partir del momento en que se hicieron más frecuentes las reuniones políticas en el teatro, documentándose con regularidad en el material epigráfico entre mediados del siglo IV a.C. e inicios del II a.C., período en que pasó a ser sustituida por ἑκκλησία ἐν τῶι θεάτρωι como designación fundamental para las reuniones políticas en el teatro de Atenas (ver Tabla III).

En época clásica, las fuentes literarias mencionan, junto a estas asambleas regulares, otras convocatorias excepcionales, tanto en el teatro como en otros lugares, que se vinculan con los graves acontecimientos políticos vividos en 411 (Tucídides, 8. 67; 8.93-94 y 8.97) y 403 a.C. (Lisias, Contra Agorato 32 y 55; Jenofonte, Helénicas 2, 4, 9-10; Aristóteles, Constitución de Atenas 38.1). Las razones esgrimidas para justificar estos lugares de reunión en el año 411 a.C. oscilan desde las causas políticas (los oligarcas habrían elegido el teatro de Dioniso para evitar la Pnyx, sede de las asambleas democráticas) y religiosas (las convocatorias en santuarios como el de Poseidón en Colono o el del Dioniso en Atenas buscarían dotar de mayor solemnidad a la asamblea) hasta las simplemente prácticas (derivadas de la necesidad de locales de gran aforo capaces de acoger reuniones multitudinarias o de la urgencia y el peligro del momento). En opinión de Tozzi, estas convocatorias en lugares como el santuario de Colono o los teatros de Atenas y el Pireo se explicarían mediante una combinación de razones políticas y prácticas unidas a la situación de emergencia del momento. En el caso del 403 a.C. habrían influido razones políticas y, sobre todo, motivaciones prácticas derivadas de la imposibilidad de celebrar asambleas en una Pnyx que, como ha demostrado la actividad arqueológica, se encontraba en obras en estas fechas.

Carecemos de noticias sobre convocatorias frecuentes de asamblea en los teatros de Atenas y Muniquia hasta mediados del siglo IV a.C., momento en que pasan a sustituir a la Pnyx en el desempeño de dicha función. En este proceso debió de jugar un papel destacado el reemplazo del antiguo teatro provisorio de madera de Dioniso de Atenas por una nueva y más grande construcción de piedra. Las obras, iniciadas en 350 a.C., se prolongaron durante tres décadas, coincidiendo con una nueva fase constructiva de la Pnyx, posteriormente suspendida, que la dejó inconclusa e hizo imposible su uso como lugar de reunión. Tozzi interpreta el impulso de reforma del teatro y la coetánea paralización de las obras del eclesiasterio como reflejo del deseo, por parte de los poderes políticos de Atenas, de recuperar la estrecha relación que, en la polis del siglo V a.C., se había mantenido entre vida religiosa, social y política. Además, el teatro de Dioniso, tras su reforma, garantizaba un aforo de entre 14.000 y 17.000 personas, muy superior al de la Pnyx, que lo convertía en sede idónea para asambleas políticas.

Desde la década de los años 30 del siglo IV a.C., el teatro de Dioniso en Atenas también acogió, anualmente, la reunión que tenía lugar en el mes de Boedromion con motivo del desfile anual de los efebos (Aristóteles, Constitución de Atenas 42, 4). La epigrafía, por su parte, documenta la realización, en el teatro, de numerosas ekklesiai, tanto ordinarias como kyriai o synkletoi, así como reuniones del demos o de la bulé, datos que nos indican que también se utilizaba para asambleas de temática importante o convocadas con mayor urgencia o plazos más cortos de lo normal. Las noticias derivadas de la documentación epigráfica concuerdan con los escasos testimonios literarios que, desde la segunda mitad del siglo IV a.C., informan sobre el papel del teatro de Atenas como sede de reuniones públicas y procesos (Plutarco, Foción 34 2-5; Plutarco, Demetrio, 34, 3-4) y la progresiva pérdida de funciones políticas de la Pnyx, incluida la proclamación de magistraturas (Pólux 132-133; Hesiquio s.v. Pnyx; Escolio a Platón Critias 112a bis), hasta su caída en desuso a inicios del siglo I a.C., cuando se instaló, en la colina, el culto a Zeus Hypsistos (Ateneo Banquete de los eruditos, 5 pos. = 388). Este papel como sede de asambleas políticas continuó hasta época romana, tal y como lo documentan los textos literarios (Filóstrato, Vida de Apolonio de Tiana 4, 22) y epigráficos (ver Tabla III, número 107), siendo posible, aunque se carece de documentación que lo avale, que lo haya seguido desempeñando con posterioridad.

El teatro de Muniquia, en el Pireo, también fue escenario de asambleas, denominadas, en la documentación epigráfica, con la fórmula ἐκκλησία ἐμ Πειραιεῖ (Tabla IV), así como de otras reuniones políticas, como las de la bulé, hasta época helenística. Esta actividad, pese a ser menos frecuente que la del teatro de Atenas, está bien documentada, tanto literaria como epigráficamente, Sabemos que en ellas se discutían cuestiones locales y temas relacionados con la política ateniense, temáticas similares a las tratadas en la Pnyx o en el teatro de Dioniso de Atenas (Demóstenes, Sobre la embajada fraudulenta 60 y 209), así como la convocatoria de ekklesiai kyriai y synkletoi. La actividad política del teatro de Muniquia continuó hasta el 137-136 a.C., época en que cayó en desuso al ser sustituido por el nuevo teatro del puerto de Zea que, al parecer, nunca acogió reuniones políticas.

Esta es, a grandes líneas, la historia que nos ofrece Tozzi en su libro, una obra que, como se deduce de lo aquí expuesto, cumple a la perfección con su objetivo básico: ofrecer un relato detallado, exhaustivo y muy bien documentado del papel de los teatros atenienses como sedes de actividad política.

Notes

1. Entre otros: E. Delebecque Euripide et la guerre du Péloponnèse, París: Klincksieck, 1957; V. Ehrenberg, Sophocles and Pericles, Oxford: Blackwell, 1954; R. Goossens Euripide et Athènes. Bruselas: Palais des Académies, 1962; A.J. Podlecki, The Political Background of Aeschylean Tragedy, Ann Arbor: The University of Michigan Press, 1966.

2. A partir, sobre todo, del trabajo de J.-P. Vernant “Le moment historique de la tragédie en Grèce: quelques conditions sociales et psychologiques”, en L. Vidman, J. Burian (eds,) Antiquitas graeco-romana ac tempora nostra, Praga: Academia, 1968, p. 246-250 de gran influencia en la investigación norteamericana (ver, por ejemplo, J.P. Euben (ed.) Greek Tragedy and Political Theory, Berkeley; Los Angeles: University of California Press, 1986; J.J.Winkler & F.I. Zeitlin (eds.), Nothing to do with Dionysos? Athenian drama in its social context, Princeton: Princeton University Press, 1992) o en otros países europeos, como Alemania (cf. Ch. Meier, Die politische Kunst der griechischen Tragödie, Munich: Verlag C.H. Beck, 1988) y uno de cuyos frutos más recientes es N. Villacèque, Spectateurs de paroles! Délibération démocratique et théâtre à Athènes à l’époque classique, Rennes: Presses universitaires de Rennes, 2013 (cf. A.-S. Noel, BMCR 2014.07.48).

3. Desarrollado por autores como Citti, di Benedetto o Cerri que, frente a la interpretación francesa de corte sociológico y antropológico, adoptaron una lectura de influencia marxista que consideraba a la tragedia como parte del aparato ideológico del estado encargado de inculcar a los dominados el respeto por los dominantes (cf. S. Saïd “Bibliographie tragique (1900-1988). Quelques orientations”, Mètis. Anthropologie des mondes grecs anciens, 3/1-2, 1988, p. 442-443). El interés por este tema en Italia fue, no obstante, más allá de esta interpretación, como lo demuestra, por ejemplo, E. Corsini (ed.), La polis e il suo teatro, 2 volúmenes, Padua: Programma, 1986-1988.

4. The Political Meeting Places of the Greeks. Baltimore: The John Hopkins Press, 1943.