BMCR 2010.08.70

Ricerche sui Cynegetica di Oppiano. Supplementi di Lexis 41

, Ricerche sui Cynegetica di Oppiano. Supplementi di Lexis 41. Amsterdam: Adolf M. Hakkert Editore, 2009. 166. ISBN 9789025612498. €40.00 (pb).

Los Cynegetica, poema didáctico griego escrito a principios del siglo III d. C. por un supuesto Opiano, natural de Apamea en Siria, no han merecido gran atención por parte de los estudiosos; en efecto, la crítica no ha sido pródiga en ediciones, traducciones o estudios. El libro de G. Agosta viene a sumarse a otros escasos volúmenes bastante recientes, como son los de A. N. Bartley,1 L. L’Allier,2 M. Papathomopoulos3 y T. Silva Sánchez,4 así como las publicaciones algo más antiguas de C. Calvo Delcán,5 de A. W. James,6 de F. M. Pontani7 y de W. Schmitt,8 aparte de unos pocos artículos de diversos autores, que, por razones de espacio no se mencionarán aquí, pero cuyas referencias se pueden encontrar en los repertorios habituales o en las bibliografías de los libros de G. Agosta, de A. N. Bartley o de T. Silva Sánchez. El volumen que nos ocupa trata de algunos aspectos del poema, en particular su carácter didáctico y su valor de ofrenda al emperador, centrándose sobre todo en el estudio del comienzo del canto II.

La introducción (p. 1-2) recuerda la bibliografía más importante a propósito de los Cynegetica y anuncia las intenciones del autor, el análisis de algunos aspectos del poema que ya mencionamos, en particular en torno a los versos II 1-175, cuyo texto publica con aparato crítico y traducción al italiano. Sigue una escueta presentación (p. 3-5) de la biografía del poeta, donde Agosta, teniendo en cuenta las pruebas que aportan los textos de los propios poemas, se alinea con la tradicional distinción entre un Opiano, cilicio de nación, autor de los Halieutica a finales del II d. C. y otro autor, nacido en Apamea (Siria), autor de los Cynegetica. Hace también hincapié en que las biografías bizantinas, en la medida en que contradicen los testimonios de los propios poemas, no son de fiar. Aporta además un punto de vista nuevo (aunque, siendo un argumento ex silentio, no parece conveniente usarlo): el hecho de que el autor de los Cynegetica evita presentarse como la misma persona que escribió los Halieutica (p. 5).

El capítulo I (p. 7-18) estudia los proemios de los Cynegetica como manifestación de la conciencia poética, en tanto que adscriben el poema a un género poético, y como elemento estructurador de la materia zoológica y venatoria. Agosta considera que los argumentos zoológicos son necesarios para ilustrar la virtus animal con la que rivaliza el cazador, y que dichos argumentos además siguen la tradición de los escritos sobre caza y responden a las demandas culturales de sus contemporáneos. El contraste que observa Agosta (p. 12-13) entre el relato de la hazaña acometida por Hércules contada en el canto II y el desarrollo mítico sobre el origen dionisíaco de los leopardos en el canto IV resulta interesante, puesto que dichas narraciones simétricas sobre Hércules y Dioniso, las dos divinidades más apreciadas por Caracalla, marcarían el principio y el final de la composición.

En el capítulo II (p. 19-31), que lleva por título “ (Θέατρα) κυνηγετικὰ ”, Agosta explica que el poema puede verse como un munus ofrecido al emperador (p. 22) y destaca las diferencias entre los Cynegetica y sus antecesores (p. 28-29). Hay algunas opiniones un tanto injustificadas, como la de que Opiano habría viajado a África (p. 24), siguiendo a R. Keydell,9 que se apoya en III 46-47, pero el hecho de que el poeta declare haber visto un animal africano, cuando fue transportado para servir de espectáculo en presencia del emperador, no parece motivo suficiente para creer que haya visitado África. Asimismo parece bastante gratuito decir que el poeta encontró inspiración constante en el culto imperial (p. 25-26), cuando de él sólo se conoce esta obra.

El capítulo III (p. 33-60), titulado “ Τόποι ” está consagrado al estudio del proemio del canto II del poema, concretamente de los versos 1-42. El análisis es exhaustivo y concienzudo, aunque se pueda discrepar de algún detalle, como el hecho de que la expresión δίδυμον γένος de II 2 podría implicar una participación de Apolo en el don de la caza a los mortales (p. 37). Sin embargo, contiene algún acierto muy valioso en mi opinión, como su propuesta acerca de ἐπιδόρπιον, que conduce a una valiente interpretación del pasaje a propósito de los cazadores míticos: considera que ἐπιδόρπιον tiene el sentido de “alimenticio” y que caracteriza a los Centauros frente a los cazadores nobles (p. 39-40). También resulta interesante la interpretación en el sentido de que el Pseudo-Opiano retrata a Perseo como un representante de los cazadores a la carrera (p. 46-47) en una clasificación donde los personajes mitológicos que han recibido este don de Ártemis representan los distintos tipos de caza, descendiendo desde los más nobles a los más humildes: desde Perseo el corredor hasta Orión, que practica la caza nocturna, condenada por Platón ( Leg. 824a). La conclusión de este capítulo incide en la variada mezcla de tópicos literarios que informan los proemios de los poemas didácticos, procedentes, en el caso que nos ocupa, de las tradiciones cinegética, didáctica, bucólica y épica, principalmente.

El capítulo IV (p. 61-72), que lleva por título “ Ἔπη (la lotta dei tori: 2.43-82)”, estudia la estructura y fuentes del pasaje dedicado al enfrentamiento entre los toros para emparentarlo con la épica. Es innegable el carácter homerizante del pasaje (cabe preguntarse si un pasaje de lucha, al menos en hexámetros dactílicos griegos, podía evitar el referente homérico), pero lo que no parece tan evidente son algunas afirmaciones de Agosta (p. 69), en el sentido de que la disputa entre los dos toros aluda de alguna manera al enfrentamiento entre Aquiles y Agamenón presentado al comienzo de la Ilíada : la confrontación entre Aquiles y Agamenón tiene carácter único e irrepetible frente a las luchas de los toros que se repiten anualmente en cada vacada entre machos dominantes y aspirantes. No parece que este pasaje anule la distinción entre poema épico y poema didáctico (p. 70), tanto más cuanto que se contradice con la afirmación de que “i poemi che si suole definiri didattici appartenevano semplicemente, o prima di tutto, all’epica” (p. 69). Tampoco podemos estar completamente de acuerdo con una frase muy poco matizada: “non sarà difficile intendere la praeteritio applicata agli animali βαιοί e οὐτιδανοί (2.570 ss.) anche come rifiuto, imposto dai canoni dell’ epos, di assumere a protagonisti soggetti umili, inferiori” (p. 71). Y es que la poca atención que presta el poeta a estos animales se debe a su escaso interés cinegético.

En el capítulo V, “ Εὐρέα κάλλη (2.100-58)”, que ocupa las p. 73-86, Agosta analiza el pasaje etiológico sobre los toros de Siria siguiendo principalmente a A. S. Hollis,10 a P. Bernard11 y, en menor medida, a T. Silva Sánchez.12 El autor considera que estos versos serían una presentación de la ciudad de Apamea ante el emperador Caracalla, una especie de xenion que acompañaría el homenaje (p. 80). La conclusión del capítulo (p. 84-86), que relaciona el pasaje con el excurso mitológico del canto IV acerca de la transformación de las bacantes en leopardos, no parece tan clara, puesto que se apoya en la seguridad de que el texto del poema está completo, lo cual parece, por lo menos, discutible.

“La nature organisée”, expresión tomada de un artículo de M. Riffaterre13 es el título del capítulo VI (p. 87-95), que trata de la estructura del poema. Para Agosta la descripción de la confrontación hombre-animal (canto IV) está precedida por dos partes dedicadas a los respectivos instrumentos, medios de defensa o armas (el canto I está consagrado a los humanos y los cantos II-III a los recursos de los animales). Está claro que la estructura del canto II se basa en la alternancia entre animales grandes y pequeños, aunque no sucede así en el canto III. Agosta también subraya la organización paralela de los cantos II y III, comenzando por el animal más importante de las respectivas categorías (canto II: toro; canto III: león), acabando con animales ajenos a la materia del libro y ordenando a menudo los animales por parejas (toro-bisonte, lobo-hiena, jabalí-puercoespín, etc.).

El último capítulo del libro, “Formaler Typ” (p. 97-105), estudia la clasificación de los Cynegetica como formaler Typ de poema didáctico en la tipología de B. Effe;14 los rasgos que motivarían esta clasificación serían el desinterés por el tema por parte del autor y su inclinación hacia una forma agradable. El estudio del poema, según Agosta, en particular la realización de una función didáctica efectiva, permite, no obstante, considerar que más bien tendría que pertenecer al tipo transparente, como su modelo principal, los Halieutica de Opiano de Cilicia, si es que esta categoría no es (en palabras de Agosta) un “miraggio critico”.

En las páginas finales del trabajo (p. 107-129) se recoge el texto de II 1-175 (precedido de un prefacio sobre la tradición manuscrita), texto que no presenta erratas, según hemos comprobado; va acompañado de aparato crítico y de una traducción italiana verso a verso. Siguen (p. 131-152) unas notas críticas que tratan algo menos de una treintena de lectiones; entre ellas hay tres aportaciones de Agosta; para el verso II 59 (p. 136-138) sugiere la posibilidad de que la lectura original fuera σάλπιγξεν, pero, con buen criterio, no edita esta corrección, superflua a nuestro entender. Por contra, en el v. 89 (p. 142-144), un lugar bastante complicado, la elección de Agosta ( ἐνέπουσιν, ἐννηέες εἰσανέχονται) parece acertada y defendible. En cambio, la corrección ἀλλήλῃσι propuesta para el v. 168 (p. 151-152) es desafortunada y resulta extraño que Agosta no se haga eco del excelente análisis del pasaje que hace T. Silva Sánchez.15 El volumen acaba con una recopilación bibliográfica muy completa (p. 153-165).

En suma, Agosta realiza un análisis completo del pasaje II 1-175 de los Cynegetica, en el que se conjugan observaciones atinadas, opiniones difíciles de demostrar y aportaciones valiosas. El libro constituye un avance en el conocimiento del contenido y el sentido de la obra del poeta de Apamea.

Notes

1. Stories from the Mountains. Stories from the Sea. The Digressions and Similes of Oppian’s Halieutica and the Cynegetica, Göttingen, 2003.

2. Arrien & Oppien d’Apamée. L’Art de la Chasse. Cinegétiques, París, 2009.

3. Oppiani Apamensis Cynegeticorum Concordantia, Hildesheim-Zurich-New York, 1997; y Oppianus Apameensis, Cynegetica. Eutecnius sophistes, Paraphrasis metro soluta, Munich-Leipzig, 2003.

4. El hexámetro de Opiano de Anazarbo y Opiano de Apamea, tesis doctoral, Cádiz, 1998 (edición en microfichas, Cádiz, 1999); y Sobre el texto de los Cynegetica de Opiano de Apamea, Cádiz, 2002.

5. Opiano, De la caza, De la pesca. Anónimo, Lapidario órfico, Madrid, 1990.

6. Index in Halieutica Oppiani Cilicis et in Cynegetica poetae Apameensis, Hildesheim, 1970.

7. Nos referimos a la traducción publicada en I. Furlan, Codici greci illustrati della Biblioteca Marciana, V, Padua, 1988, p. 49-79, y VI, Padua, 1997, p. 55-80; también se puede encontrar en Tratado de Caza. Oppiano. Cynegetica, Valencia, 2002, p. 401-448.

8. Komentar zum ersten Buch von Pseudo-Oppians Kynegetica, diss. Münster, 1969.

9. “Oppianos”, RE 18-1, 1939, c. 704.

10. “[Oppian], Cyn. 2, 100-158 and the mythical Past of Apamea-on-the-Orontes”, ZPE 102, 1994, 153-166.

11. “I. Une légende de fondation hellénistique: Apamée sur l’Oronte d’après les ‘Cynégétiques’ du pseudo-Oppien. II Paysages et toponymie dans le Proche Orient hellénisé”, Topoi 5, 1995, 353-408.

12. “Kaiserkult y creación poética. Algunas reflexiones sobre las Vitae Oppiani y la composición de los Cynegetica”, ExcPhil 4-5, 1994-1995, 107-122.

13. “Système d’un genre descriptif”, Poétique 3, 1972, p. 25.

14. Dichtung und Lehre. Untersuchungen zur Typologie des antiken Lehrgedicht, Munich, 1977.

15. Sobre el texto de los Cynegetica de Opiano de Apamea, Cádiz, 2002, p. 134-137.