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[Los autores y los títulos de sus artículos se detallan al final de la reseña.]
En los márgenes de Roma es una recopilación de artículos cuyo tema es una disciplina que, en los últimos años, ha ido adquiriendo un mayor interés por parte de los estudiosos, la recepción clásica. En la presentación del libro firmada por los editores se define esta recepción como la reinterpretación del mundo clásico en las distintas épocas, especialmente en la actual, además de las razones que llevan a hacerlo; asimismo, esta disciplina intenta explicar qué papel le da la sociedad contemporánea a las antiguas civilizaciones griega y romana, sin tener en cuenta las instituciones encargadas tradicionalmente de su estudio o de la conservación de sus restos arqueológicos (p. 10).
El libro está dividido en cinco partes. La primera parte, que sirve como introducción, trata sobre el papel de Roma en la imaginación popular con un solo capítulo que sirve para definir y situar los conceptos que conforman esta disciplina. Unceta Gómez, frente a la cultura letrada o alta cultura, define el concepto de cultura popular o cultura de masas, haciendo hincapié en su evolución: así pasa de definirse como una cultura asociada “a los patrones culturales de las clases populares e iletradas”, propia del siglo XIX, a “designar el conjunto de creaciones destinadas a un público muy amplio” (alfabetizado y más formado), que no posee “una formación específica y con unos intereses no siempre coincidentes con los de la élite intelectual” (pp. 19-20). También define y explica el concepto de transmedialidad, como “la posibilidad de que una obra, un motivo, un personaje o una idea pase de un medio a otro, o incluso que surjan simultáneamente en varios de ellos”, lo que multiplica enormemente sus manifestaciones, lo que no ha pasado desapercibido a la todopoderosa industria del entretenimiento (p. 20). Se define nuevamente la recepción clásica como una disciplina interesada por los procesos que han permitido la pervivencia de textos, ideas y artefactos de la Antigüedad, “así como las conceptualizaciones y reelaboraciones que sobre ellos se han ido desarrollando” en el tiempo (p. 22). El autor concluye: hay que abandonar el concepto de transmisión lineal, pues “los fenómenos de recepción obedecen a dinámicas complejas y entrañan movimientos de influjo recíproco que exigen lecturas en ambos sentidos” (p. 29). Los que nos hemos dedicado al estudio tradicional del mundo clásico hemos de comprender y valorar las apropiaciones que se hacen de él, pues nos permiten ver su vigencia, su expansión, su capacidad de identificación individual o colectiva, y además suponen una bocanada de aire fresco que conmueve las asentadas bases de los estudios clásicos y de los que nos dedicamos a ellos.
Los tres capítulos de la segunda parte (“Guerras e imperialismo”) tratan aspectos muy diferentes. En el primero, González-Vaquerizo estudia de forma muy sistemática la influencia de la imagen histórica de Roma en el Heavy Metal, pero lo que me ha llamado poderosamente la atención es la peligrosa utilización de Roma y sus avatares históricos por parte de ideologías ultranacionalistas o directamente fascistas, y destaco la denuncia y el llamamiento que hace la autora a los clasicistas a luchar contra esta tergiversación ideológica de la Antigüedad (pp. 56-57).
En el segundo capítulo, Macías Villalobos centra su atención en el mundo de los videojuegos y en cómo tratan los hechos históricos, analizando algunos de los que se ambientan en la antigua Roma. La conclusión del trabajo es que, sin dejar de tener una utilidad formativa, su finalidad principal es más bien buscar la motivación del alumnado actual, de nuestros potenciales “clientes”.
El tercero, obra de Harrison y Lindner, tiene como protagonista a Terry Pratchett, un autor prácticamente desconocido para el público español, cuya extensa obra, Mundodisco, está plagada de referencias, en este caso, al mundo clásico. Nuevamente llama la atención la alusión a la visión negativa del mundo clásico, a saber, el uso clasista del latín, o las referencias clásicas sobre nacionalismo e imperialismo y su conexión con el Brexit.
La tercera parte, titulada “Roma espectacular”, está también compuesta de tres capítulos. En el primero de ellos, Alonso Fernández analiza el papel de la danza pretendidamente antigua en diversas películas hollywoodienses de ambientación romana en las que la autora lamenta que se hayan ignorado las ricas fuentes de la Antigüedad para convertirse en un mero adorno insustancial de autorreferencia fílmica y un reclamo protagonizado por mujeres de deseables cuerpos. Se echa de menos en este artículo una mayor calidad de las imágenes de la cartelería de las películas, ya que son también objeto de análisis del artículo, al contener escenas de danza como elemento publicitario y decorativo.
Pérez Gómez, en el segundo capítulo, estudia y compara los personajes y elementos dramáticos de la célebre adaptación cinematográfica de 1966 del musical A Funny Thing Happened on the Way to the Forum, titulado en España Golfus de Roma, y las de las diversas comedias plautinas, incidiendo en sus diferencias.
Por último, López Gregoris, tras una útil introducción sobre la novela histórica y su clasificación, pasa a analizar dos novelas pertenecientes a dicho género (Sonnica la cortesana, de Blasco Ibáñez, y Africanus: el hijo del cónsul, de Posteguillo) y que contienen un elemento común: la presencia del dramaturgo Plauto como personaje.
La cuarta parte del libro (“Las grandes figuras”) está dedicada a la visión que se tiene de algunos de los grandes personajes de la historia de Roma. En el primer capítulo de esta parte, Peláez Márquez desarrolla un original artículo en el que aplica a la figura de Eneas los modernos métodos de análisis de idoneidad de un candidato a un alto puesto directivo, evaluando sus competencias y su desempeño en tres funciones distintas (estratégica, ejecutiva y de liderazgo). El sistemático análisis de la personalidad de Eneas y sus acciones en diversos pasajes de la Eneida nos convencen de la idoneidad de éste para asumir el cargo de director general de una empresa.
En su artículo, la profesora Gallego estudia distintos aspectos de la figura de César y de su vida en diversas obras de la rica tradición del cómic francés, teniendo en cuenta la importancia del personaje en la historia del país, al considerarse el vencedor de los galos.
César sigue centrando el interés del siguiente capítulo de esta parte. Bartolomé Gómez nos habla de las recientes series de televisión ambientadas en la antigüedad romana, que no destacan por su rigor histórico, pero reinterpretan las fuentes históricas de forma novedosa y sugerente, representando a los personajes históricos de forma realista para llevar a cabo un proceso de “desmitificación”. En el caso de César, por ejemplo, los guionistas de la serie Spartacus nos presentan un retrato original, fruto de las licencias que se permiten aprovechando episodios menores de la vida del dictator o directamente inventados. En este retrato original hay lugar para constantes referencias a su glorioso porvenir, pero sin dejar de describirlo en situaciones cotidianas (luchando en el campo de batalla) e incluso humillantes, como cuando, en un momento dado, es sodomizado por un rival político. En este tipo de series, como bien señala el autor, se explota dos de los tópicos más recurrentes cuando se trata de la sociedad romana, a saber, la sexualidad y la violencia. Tópicos, además, que son explícitamente mostrados, siguiendo los gustos del telespectador del siglo XXI. La serie en cuestión presenta lo que se llaman dos niveles de evaluación: uno el de los personajes que representan los valores romanos y otro el de los rebeldes. Mientras los primeros ejercen una sexualidad violenta y no consentida, los segundos gozan de ella de forma libre y consentida; del mismo modo, en relación a la violencia, los romanos buscan el placer de su contemplación en los combates de gladiadores; los esclavos rebeldes, por el contrario, se ven obligados a ejercerla y a sufrirla. En el César de la serie se mezclan los dos niveles: es un personaje gris, pues se degrada, en un momento dado, al nivel de los esclavos, lo que redime su figura o la engrandece a ojos del telespectador, pero, asimismo, en otras ocasiones, actúa como se espera del típico romano, lo que lo convierte en un villano (pp. 236-237).
El último capítulo está dedicado a Espartaco, en concreto a las dos novelas que sobre el personaje ha escrito el keniano Ben Kane. En este caso, Martín Rodríguez se interesa en su análisis no tanto por el famoso rebelde, como por las bien documentadas descripciones de la vida cotidiana de los romanos, del urbanismo tanto de una ciudad de provincias como de Roma, así como de las partes que constituyen la domus romana. (Las licencias sobre esto último, según el autor, podían haberse subsanado consultando cualquier manual de Historia de nivel de Secundaria, y el artículo por momentos parece más bien un juego de “encuentra las 7 diferencias”).
La quinta parte, que cierra el libro, estudia en dos capítulos el uso del latín como lengua misteriosa y evocadora, cuya paulatina pérdida de peso en los planes de estudio y su creciente desconocimiento por parte de la población han servido para convertirla en un lenguaje vehicular en la literatura de terror y en la de fantasía, explotando así la sensación de extrañeza que provoca su uso. González-Rivas Fernández estudia el uso de las citas en latín en los relatos de terror gótico, profundizando en el uso que de ellas hace el autor M. R. James (1862-1936): el latín es la lengua de los fantasmas o de los mensajes secretos que los protagonistas han de descifrar; incluso a veces no se traducen y, de esta manera, se invita al lector a interpretarlos, convirtiendo la lectura no en un hecho pasivo, sino dinámico. Asimismo, la autora ve en estas citas el resultado de una compleja amalgama de influencias, desde la educación cristiana de M. R. James, su pasión por la Antigüedad, su curiosidad por el esoterismo y el ocultismo, la reivindicación de la literatura latino-cristiana y su interés por el Decadentismo, movimiento literario que, entre otras cosas, pone de moda el latín místico frente al clásico.
Igualmente, el somero estudio de los hechizos en latín (o que parecen latín) que salpican las páginas de las aventuras de Harry Potter también sirve a Sánchez Pérez para referirse a las influencias que ha recibido J. K. Rowling: la más o menos velada de la tradición esotérica y cabalística europea, siendo su obra un ejemplo más del peso que el ocultismo tiene en la literatura inglesa del XIX y el XX, así como la del ciclo de novelas de Terramar de la autora Ursula K. Le Guin.
Como conclusión, reconozco mi ignorancia en no pocos de los temas tratados en este libro y también mi asombro por la cantidad de rincones de la cultura de los dos últimos siglos en los que podemos descubrir la influencia de la antigüedad latina. De todos modos, los campos de interés del libro lo hacen más adecuado para el nivel universitario que para el de la enseñanza secundaria a la que yo me dedico, pues, en general, resultan algo complejos para este último nivel. La rica bibliografía servirá al interesado para profundizar en los diversos temas y eso hay que ponerlo en el haber de este importante trabajo.
En el debe he de decir que es un libro incómodo de leer, pues cuesta mantenerlo abierto y el tamaño de la letra es demasiado pequeño y apretado, y, aunque ahora sea la moda, sigo sin ver la idoneidad de las notas eruditas al final de los capítulos. El contenido del libro hubiera merecido un continente más adecuado – otro ejemplo, me temo, de la falta de presupuesto que sufre nuestra Universidad.
Tan solo me he topado con una errata en el libro, repetida en las páginas 54 y 62 (mule por mille).
Contenido
PRESENTACIÓN. 9
PRIMERA PARTE. INTRODUCCIÓN: EL PAPEL DE ROMA EN LA IMAGINACIÓN POPULAR. 15
Capítulo 1. El epítome como representación del original. Algunos ejemplos del diálogo posmoderno con la antigua Roma (Luis Unceta Gómez). 17
SEGUNDA PARTE. GUERRAS E IMPERIALISMO. 37
Capítulo 2. Heavy Rome-Roma de metal. La imagen de Roma en el Heavy Metal y el metal. (Helena González-Vaquerizo). 39
Capítulo 3. Videojuegos de romanos: entre la realidad y la ficción (Cristóbal Macías Villalobos). 63
Capítulo 4. Imperios fantasmáticos. La Roma imperial en Mundodisco de Terry Pratchett (Juliette Harrison / Martin Lindner).
TERCERA PARTE. ROMA ESPECTACULAR. 107
Capítulo 5. Danzas de alteridad. Mujeres “bombásticas” y cine de romanos (Zoa Alonso Fernández). 109
Capítulo 6. Transformaciones de las máscaras de la comedia plautina en A Funny Thing Happend on the Way to the Forum de Richard Lester (Leonor Pérez Gómez). 134
Capítulo 7. Plauto. Personaje de novela histórica (Rosario López Gregoris). 151
CUARTA PARTE. LAS GRANDES FIGURAS. 177
Capítulo 8. ¿Contratarías a Eneas como director general de tu empresa? (José María Peláez Marqués). 179
Capítulo 9. Julio César en viñetas: Una vida de cómic (Julie Gallego). 200
Capítulo 10. La ficcionalización de los personajes históricos en la serie de televisión Spartacus: El ejemplo de Julio César (Jesús Bartolomé Gómez). 224
Capítulo 11. Imágenes de Roma en un bestseller reciente sobre Espartaco (Spartacus. Ben Kane, 2012-2013) (Antonio María Martín Rodríguez). 242
QUINTA PARTE. EL PODER DEL LATÍN. 261
Capítulo 12. M. R. James: El latín o el poder de lo sobrenatural (Ana González-Rivas Fernández). 263
Capítulo 13. El latín como lengua mágica en las novelas de Harry Potter (Carlos Sánchez Pérez). 283