BMCR 2017.04.06

DECOTGREL (PMAI): Diccionario Electrónico Concordado de Términos Gramaticales y Retóricos Latinos. Glosarios IHL, 3​

, DECOTGREL (PMAI): Diccionario Electrónico Concordado de Términos Gramaticales y Retóricos Latinos. Glosarios IHL, 3​. San Millán de la Cogolla​: CiLengua, 2015. 128; 1 CD-ROM. ISBN 9788494390326. €25.00 (pb).

El DECOTGREL (PMAI): Diccionario electrónico… es, fundamentalmente, un lemario que compila las concordancias de términos referidos a conceptos gramaticales y/o de naturaleza retórica, elaborado sobre los libros 1 a 16 de las Institutiones Grammaticae de Prisciano (s. V-VI), denominados Priscianus Maior desde la Edad Media . Esta entrega continúa el trabajo que, también bajo la dirección de Marco Gutiérrez, vio la luz en 2013, en aquella ocasión acotado al Priscianus Minor, libros 17 y 18 de las Institutiones Grammaticae.1 Pensado como un opus illimitatum, “en el sentido de que su campo de interés no tiene unos límites predefinidos en lo que hace al tiempo o a los autores … , aunque sí al tipo de contenidos de las obras” (pág. 9), el DECOTGREL se constituye como una serie de volúmenes que no se limitarán a la obra de Prisciano, a la que sigue a través de la edición de Keil de los Grammatici Latini,2 sino que aspira a seguir creciendo en otros más, cada uno de ellos autosuficientes, pero también complementarios entre sí, en lo que su director considera una muestra de “autonomía solidaria”(ibid.).

El volumen que reseñamos aquí, igual que su antecesor, se presenta en formato doble: por un lado, un libro de 128 páginas que reúne, y en buena medida, repite, unas Palabras liminares a cargo del director del Instituto de Historia de la Lengua Cilengua, José A. Pascal, una Presentación firmada por Gutiérrez, escrita en español y duplicada en traducción inglesa, referencias bibliográficas, tanto de la presentación como del diccionario, y un index verborum; por otro, un CD que puede copiarse fácilmente a la computadora y que replica las secciones reunidas en el libro, más el lemariopropiamente dicho, detalle que explica su calificación como “diccionario electrónico”. Desde la portada, a través de hipervínculos, se accede tanto a cada una de las secciones preliminares como al lemario letra por letra. Operar el diccionario es sencillo: basta un programa de soporte con el que el usuario pueda abrir el archivo (Adobe o similares) y desplazarse hacia delante y atrás, pasando las páginas o a través de una ventana de “búsqueda”. Aunque esta forma de consulta no es del todo práctica, pues el recurso informático parece un tanto elemental en relación con la extensión y laboriosidad del diccionario. Quien esto escribe se pregunta si sería posible, por lo menos, desarrollar más el sistema de hipervínculos, de modo de poder acceder a cada lema a través de él.

Con todo, esta incomodidad no debe interpretarse como un demérito del trabajo realizado. Lo que distingue al DECOTGREL es la amplitud de recopilación y clasificación del material sobre la base de criterios que resultan en una estructura organizativa que recuerda, en gran medida, la de los artículos del Thesaurus Linguae Latinae -, aunque su contenido consista en concordantiae, no en significados. Este diccionario no presenta glosas explicativas ad hoc de los lemas: el lector define los alcances de los términos lematizados sobre la base de información proporcionada por el conjunto de las concordancias, los propios contenidos de estas y su clasificación. Por contrapartida, cuenta con una útil sistematización de equivalentes griegos y vocablos sinónimos, antónimos y complementarios latinos. Todos los aspectos que acabamos de mencionar constituyen rasgos diferenciales respecto de obras de referencia tomadas en consideración por Gutiérrez, como lo son el Index Grammaticus, de Lomanto y Marinone y A Lexicon of Latin Grammatical Terminology de Schad.3 En cuanto al recuento de piezas léxicas, el del DECOTGREL presume de ser más exhaustivo, al menos en lo que hace a Prisciano. En cuanto a la clasificación de los términos por su carácter técnico, pretende también una discriminación más minuciosa de los usos, separando las acepciones generales de aquellas que son específicasy subclasificando unas y otra a su vez.

Las entradas del diccionario están organizadas por orden alfabético a través de un proceso de “multilematización jerarquizada”: cada una se presenta seguida de términos etimológicamente vinculados con ella (cuando los hay) y que, a su vez, son objeto de lematizaciones subsiguientes. Las entradas disponen los lemas cognados en un orden jerárquico que es siempre el mismo: verbo, sustantivo, adjetivo, preposición y adverbio. Tomando como ejemplo ilustrativo el término pars, el lector visualiza a través del index verborum que esta palabra forma parte de una cadena multilemática que se inicia con partio, -ire.

La información de cada lema se organiza de acuerdo con un sistema de cinco apartados, A, B, C, D y E, como un modo de catalogar diferentes tipos de datos. En A se suministran los equivalentes griegos (en este caso, méros (lógou)). En B se registra la aparición del mismo término en otros instrumenta, a saber: Thesaurus Linguae Latinae, el Diccionario de Terminología Gramatical Griega, de Jaime Bécares Botas,4 el Index Grammaticus, de Lomanto y Marinone y el Lexicon, de Schad, antes mencionados. En C se ofrecen dos tipos de datos: C.1 sintetiza esquemáticamente la distribución de las concordancias del lema según un código de numeración que identifica los criterios clasificatorios con los que se trabaja posteriormente en el apartado E. En C.2 se consignan, si existen, términos que se asocian con el lema concordado, sea por sinonimia, sea por antonimia, sea por complementariedad. En D se hace una lista de las referencias bibliográficas de trabajos que se ocupan de manera específica del vocablo objeto de búsqueda, dispuestas en orden cronológico.

El apartado E constituye el corazón de todo el trabajo. Para ordenar las concordantiae se cruzan diferentes criterios de clasificación que, al decir de Gutiérrez, tienen como característica común la de proceder de lo general a lo particular o específico. Para cada lema se trata de discriminar los usos genéricos de aquellos que son técnicos, demarcando en una sección 0 los usos entendidos como básicos o de significación cotidiana, y en una sección 1 los que se entienden por usos específicamente técnicos. A su vez, dentro de esta última sección, se delimita el área de incumbencia del lema de acuerdo con un sistema de ocho niveles, a saber: I. artes, II. constructiones, III. partes orationis, IV. accidentia, V. elementa, VI. prosodia, VII. per figuram, VIII. res metrica.

Dentro de cada una de las secciones 0 y 1, aplica el orden “de lo general a lo particular”: en el caso de pars, en la sección 0, denominada in genere pueden, a su vez, distinguirse usos básicos (definitivamente no técnicos) entrados en la subsección 0.0, de otros que, en contexto, manifiestan cierto contenido descriptivo, pero todavía de valor técnico impreciso, compilados en la subsección 0.1. Por ejemplo, compárese “‘Semivocales’ autem sunt appellatae, quae plenam vocem non habent, ut ‘semideos’ et ‘semiviros’ appellamus, non qui dimidiam partem habent deorum vel virorum, sed qui pleni dii vel viri non sunt” (Pmai 1.9) en que el término tiene uso general (y, por lo tanto se compila en 0.0), con “a genetivo vero, mutata extrema eius parte in e et assumpta ‘stis’ vel ‘stris’: ‘ager agri agrestis’, ‘caelum caeli caelestis’, ‘terra terrae terrestris’” (Pmai 4.133), en que está más circunscripto a la descripción de una parte mínima de la palabra. Nótese aquí el adjetivo extrema, que determina a buena parte de las apariciones de pars en este uso interpretado como general, pero semi-técnico (y catalogado como 0.1).

Estos pasajes pueden contrastarse con los que aparecen clasificados como técnicos y, por lo tanto, separados en la sección 1. Por ejemplo, en el caso de “Quid enim est aliud pars orationis nisi vox indicans mentis conceptum, id est cogitationem?…” (Pmai 11.552), las concordantiae allí reunidas demuestran que el uso técnico es el que corresponde a pars orationis, dado que en casi la totalidad de las mismas esta es la denominación que con gran frecuencia aparece (si orationis está omitida, es conceptualmente interpretable por el contenido textual de la concordancia).

Tanto en el apartado de usos generales como en el de uso técnico puede encontrarse una subsección catalogada como per figuram, siempre ubicada última, en la que se busca compilar usos que se entienden como “contrapunto a las consideraciones normativo-descriptivas” (p.11). Es posible que “contrapunto” no sea una definición adecuada, pero es cierto que, en algunos casos, las concordancias agrupadas en esta subsección apuntan alguna excepción a la norma gramatical, aunque en otros ilustran aspectos que no parecen totalmente asistemáticos. Suponiendo que ello es cuestión de grados, a este esfuerzo por acotar cualitativa y cuantitativamente los usos propiamente técnicos lo afecta cierta sutileza distintiva con la que el lector puede discrepar. Así, “unum apud Latinos invenitur nomen, quod quamvis ex duobus sit nominativis compositum, non ex utraque parte declinatur, id est ‘alteruter alterutrius’…” (Pmai 5.181) se registra como un uso general per figuram de pars, mientras que “In o primitiva quidem, ut ‘quando’ temporale et ex eo composita, ‘síquando, néquando, alíquando’ (quae antepaenultimam habent acutam, ne duae partes, ut supra dictum est, esse puntentur divisae vel differentiae causa)” (Pmai 15.72) se interpreta como un uso técnico per figuram del mismo lema. Si, como dice Gutiérrez, lo figurativo de la subsección reside en que las explicaciones de Prisciano, en un sentido muy amplio, transmiten cuestiones más bien de uso, podemos admitir que 5.181 tenga ese sesgo, pero no parece de igual modo el caso de 15.72, en que se apunta a una cuestión de distinción fonológica más propia del sistema, no del habla. Y por otro lado, las concordancias apuntan ambas hacia el carácter compuesto de las palabras, y de qué modo los temas que las componen manifiestan características flexivas, en un caso, o fonológicas, en el otro, con lo cual nos preguntamos si pars no tiene también en 5.181 sentido técnico, puesto que sí se le reconoce ese uso en 15.72.

Sin intención de convertir esta discrepancia de interpretación en la clasificación en un cuestionamiento a los criterios con que se ordenan las concordancias, esperamos que ella sirva como muestra del análisis que el DECOTGREL busca promover en tanto herramienta para la investigación Queda muy en claro que el diccionario no quiere ser una mera recopilación de citas, sino que director y equipo intervienen el material a partir de la experiencia de largo tiempo de dedicación a esta clase de proyectos, de lo que queda constancia en la Presentación.5 A nuestro juicio, definitivamente, se trata de un aporte con un notable y evidente potencial de uso para el especialista en historiografía lingüística, pero también para quien se dedique a la gramática en general, y para quien se interese en el estudio del discurso gramatical, todo lo cual constituye razón suficiente para darle la bienvenida a este segundo volumen de la serie, y a los que hayan de sucederlo. ​

Notes

1. Gutiérrez, M. A., (dir.) DECOTGREL Diccionario Electrónico Concordado de Términos Gramaticales y Retóricos Latinos, Glosarios I, San Millán de la Cogolla: Cilengua, 2013 (CD+folleto).

2. Keil, H. (1855-1880 [1961]) Grammatici Latini (I-VIII) Leipzig/Hildescheim, Teubner; Olms.

3. Lomanto, V. & Marinone, N. (1990) Index Grammaticus: An Index to Latin Grammar Texts, Hildescheim; Zurich; New York, Olms-Weidmann, 3 vols.; Shad, S. (2007) A Lexicon of Latin Grammar Terminology, Pisa; Roma, Fabrizio Serra Editore.

4. Bécares Botas, V. (1985) Diccionario de terminología gramatical griega, Salamanca, Universidad.

5. Apuntamos aquí detalles que necesitan cierta atención en vistas a futuros volúmenes. No seremos exhaustivos. Hay algunos deslices de redacción en la Presentación (pp.10, 14, 16) y, en líneas generales, la expresión de ideas no resulta, por momentos, muy diáfana (véanse pp.10 y 11, sobre todo). También hay alguna pequeña distracción, o discordancia de lematización, entre coniuncte (p.23) y coniunctim ( index…, p.103). Hay algún error de orden alfabético (p. 67), y a veces de orden cronológico (p.69), en las referencias bibliográficas del volumen. Pueden encontrarse errores de orden, también, en el apartado D. ​