Tras más de diez años de investigaciones, Maria Tziatzi-Papagianni ofrece en este libro la edición crítica de la correspondencia epistolar entre el Obispo Teodoro de Cícico y el Emperador Constantino VII Porfirogénito, incluyendo también cartas dirigidas al prelado por otros contemporáneos. Utiliza para esa correspondencia dos colecciones, la de Viena y la de Atos.
El libro contiene unas cien páginas de introducción, unas ciento treinta de texto y otro centenar dedicado a los índices. La introducción reconstruye lo poco que puede saberse de la vida del Obispo, utilizando precisamente los datos que surgen del epistolario. Las trece páginas que dedica a estos aspectos son indicio del avance que ella ha logrado en comparación con las escasas referencias incluidas por Krumbacher (pp. 169, 390) y por Hunger (I pp. 171, 220, 235) en sus respectivas historias. Señala, por ejemplo, su probable exilio a Nicea y que su muerte debió de producirse después del año 965. A su obra dedica unas líneas: noticias de unos versos sobre los modos musicales y de un encomio a san Blasio. El centro de la atención está en el epistolario, la descripción de las dos colecciones y los manuscritos que las transmiten (tres para la de Atos, uno para la de Viena, incompleta al final) y la comparación de sus textos, incluidos sus rasgos fonéticos y ortográficos. También caracteriza la lengua y el estilo y hace un estudio estadístico de las clausulae. Cierra esta introducción una traducción anotada de cincuenta y nueve epístolas de la colección de Viena y de treinta y tres de la colección de Atos. El texto griego, en cambio, añade a ellas otras nueve cartas: de Teodoro a Simeón el Maestro y las dirigidas a Teodoro por otras personas, a veces anónimas.
Como es habitual, Tziatzi-Papagianni indica los rasgos de su edición, es decir, que toma como base los manuscritos Athos Laura Ω 126 y Vindob. Phil. Gr. 342; que corrige los errores ortográficos; que emplea la acentuación y puntuación modernas; que mantiene la composición no clásica de las palabras si ella responde a un uso de los codices unici o a una grafía establecida habitual en Bizancio. Muy enriquecedor es el aparato de fuentes (bíblicas, patrísticas, de autores antiguos y bizantinos). El aparato crítico incluye variantes ortográficas cuando tienen peso para los fenómenos de la lengua bizantina; también incorpora las enmiendas de estudiosos previos, como Lampros, que se dedicó al manuscrito vienés, y propuestas que la editora sugiere dubitanter. La bibliografía cuenta poco más de cien entradas específicas.
Siempre útiles son los índices: el de nombres propios incluye personas, meses, lugares, formas derivadas, etc. El de palabras relativas a realidades bizantinas (unas quinientas, todas con traducción latina) incluye la indicación que advierte acerca de aquellas voces que no se hallan registradas en LSJ ni en Lampe o que lo están con otro significado y de aquellas que son neologismos o hápax. El “index graecitatis”, que ocupa veinticinco páginas, se refiere a temas gramaticales (por ejemplo, los usos de ἔχω con adverbios), retóricos (lista de anáforas, antonomasias, quiasmos), usos de los casos, diminutivos, superlativos, modos verbales, proverbios, etc. También hay un índice de voces memorables, con traducción latina; un índice de lugares literarios (de la Biblia y desde Homero hasta escoliastas, gramáticos, lexicones y enciclopedias, pasando por literatos clásicos, patrísticos, bizantinos y textos de troparios) con más de cincuenta páginas de extensión. Finalmente, hay un índice de initia de las epístolas. Cierran el volumen tres reproducciones de folios, una del códice de Viena y dos del manuscrito del Monte Atos.
Esta obra supera largamente la aportación dada en 1960 por J. Darrouzès, Epistoliers byzantins du Xe siècle, Archives d’Orient Chrétien, 6, Paris, Institut Français d’Études Byzantines, como así también los avances previos de la editora, por ejemplo su artículo “Die Korrespondenz des Theodoros von Kyzikos im Laura Ω 126: Textkritische Beiträge”, Byzantinische Zeitschrift 96/1 (2003), 223-268. Por tal razón, el trabajo es loable en su realización y presentación y mejora sustancialmente el conocimiento de la obra y personalidad de Teodoro, a la vez que ofrece material de análisis con muy diversas aplicaciones en el estudio de Bizancio.