BMCR 2011.11.13

La préverbation en latin: étude des préverbes ad-, in-, ob- et per- dans la poésie républicaine et augustéenne. Collection Latomus 325

, La préverbation en latin: étude des préverbes ad-, in-, ob- et per- dans la poésie républicaine et augustéenne. Collection Latomus 325. Bruxelles: Éditions Latomus, 2010. 501. ISBN 9782870312667. € 70.00 (pb).

Este libro es el resultado de una tesis doctoral presentada siete años antes en la Universidad de la Sorbona (París IV), dirigida por la Profª. Michèle Fruyt. Su contenido se divide en tres partes, que comprenden un primer estudio semántico de los preverbios con los verbos de desplazamiento agentivo (pp. 25-151), el análisis semántico general de los cuatro preverbios (pp.153-322) y, sin apartarse de estos, el estudio de la preverbación como determinación de una base léxica por un relator (pp. 323-427). La complejidad de los títulos de las tres partes no afecta a la coherencia del planteamiento teórico, que nos parece claro y acertado: de la mayor atención inicial a las bases léxicas, requisito necesario para no atribuir a los preverbios lo que es de ellas, se pasa a la consideración del poder modificador de los preverbios, para volver, finalmente, sobre la relación de los dos elementos componentes de la preverbación y sobre esta como procedimiento de creación léxica.

Al principio, en una veintena de páginas introductorias la autora examina el estado de la cuestión, establece los conceptos teóricos y los criterios metodológicos, fija los objetivos de su trabajo, tanto en lo que atañe al número de preverbios tratados como al corpus documental manejado. De los supuestos con que opera cabe destacar la neta distinción histórica entre preverbios y preposiciones, a menudo olvidada en los estudios sincrónicos. Los cuatro preverbios elegidos tienen su motivación particular: de ob- y per- en Lucrecio se había ocupado ya en el DEA (Diplôme d’Études Avancées; cf. p. 14); a ellos añade ad- e in-, que no dejan de corresponderse con de- y ex-, tratados por Jean-Paul Brachet en una tesis anterior de la Sorbona. Catulo, Virgilio, Tibulo, Propercio y Ovidio, como eximios representantes de la poesía republicana y augustea, componen la base documental junto a Lucrecio. Tan solo señalamos algún detalle en que discrepamos. Así, tratando de preverbios, no compartimos su opinión de renunciar al nombre de composición. Aparte otros motivos más largos de exponer que lo justifican, hay que tener en cuenta que las palabras no están solas; verbo simple no se entiende correctamente sin verbo compuesto. La eliminación de su uso afectaría a otros términos bien arraigados en la tradición filológica, como simplex pro composito y compositum pro simplici o como recomposición y supercomposición.

En la primera parte se hace el estudio semántico de los preverbios como modificadores de los verbos de desplazamiento agentivo. La separación entre estos, en los cuales se desplaza el actante sujeto, y los verbos de “déplacement factitif”, en que es desplazado el objeto, resulta cuestionable en los casos en que el sujeto del verbo factitivo también se desplaza. Como prueba de su estrecha unión, podemos decir que en la lengua sumeria la acción transitiva de “llevar” (“transportar”) se representa como un “ir sobre otro ir”, esto es, “ir haciendo ir”, lo que deja claro que los dos, sujeto y objeto, realizan el desplazamiento. Además, la transformación pasiva, en que el objeto pasa a ser sujeto, surte el efecto del verbo intransitivo. No obstante, nada impide que la autora limite su estudio a ciertos verbos intransitivos de movimiento ( accedo, adeo, aduenio, accido, accurro, adfluo, aduolo; incedo, ineo, incido, incurro, influo, etc. En las partes siguientes no se pone restricción alguna a la correspondencia de verbos factitivos e intransitivos (pp. 271 ss., 334 ss.).

Desde la introducción, la autora rinde tributo teórico, bien merecido, a Bernard Pottier. Su definición del valor espacial de prefijos y preposiciones con arreglo al criterio de “límite” es adecuada y muy operativa 1. Ese criterio nos sirvió en su momento 2 de punto de partida para analizar el conjunto del sistema preverbial latino y la polisemia de cada preverbio; después 3 nos ha permitido explicar, en efecto, el origen “hostil” que adquieren tanto el prefijo in- como la preposición con acusativo, al que la autora dedica unas páginas (59-65). Una persona es un modelo de límite simple (ad te) y una casa es un modelo de límite doble, esto es, de un espacio interior (in tuam domum). El uso de in con un referente personal (in te) supone la conversión del límite simple en límite doble y de ese “entrar” en el espacio vital de una persona surge el sentido hostil (“contra”) de in- o de in + acusativo. Por ello, en contra de su comentario, “une maison” no es solo un buen ejemplo de límite doble, sino una buena imagen de la transformación de un referente personal, entendido normalmente como límite simple ( uadit ad te), en un límite doble ( uadit in te), sobre todo si el ataque personal se produce dentro de la casa propia ( inuadit te, inuadit tuam domum). Ingressif (p. 66 ss.), como término contrapuesto a locatif, indicando el valor de “entrée dans un lieu”, parece muy propio de in-; pero ese término es usado en cualquier escuela lingüística para indicar el grado aspectual ingresivo. Aunque el aspecto verbal no deja de ser una metáfora del movimiento, la tradición filológica dispone de lativo y sus numerosos compuestos ( ablativo, adlativo, ilativo, perlativo, etc.). El que la base latif proceda de una acción transitiva no debe ser óbice para aplicar illatif a las acciones intransitivas, como ocurre con allatif.

Apoyamos la importancia que la autora da al valor “recouvrement” de ob-, el prefijo sobre el que versó ya su trabajo de DEA. Ese ha de ser el valor heredado de la partícula; está en compuestos tan antiguos como operio (“cubrir”) y es, en efecto, afín al contenido “sobre” del gr. ἐπί y del ia. ápi. El significado “enfrente” (“face à face”), al que dimos prioridad en nuestro análisis sincrónico de 1980, debe ser una innovación latina, por la cual el aislado ob- recuperó cierta fuerza oponiéndose a pro- ( procurrere “adelantarse corriendo”, corriendo en el mismo sentido / occurrere “salir al encuentro”, corriendo en sentido contrario). Ninguna duda puede haber sobre el valor de “recouvrement” del preverbio de obligo (“atar fuertemente”), en sentido físico y moral; la modificación preverbial es análoga a la obstringere, ausente del corpus estudiado, y no es distinta de la de opprimere.

La base documental es siempre un apoyo adecuado para el estudio lingüístico, pero el riesgo reside en atribuir a una unidad expresiva lo que pertenece al contexto; a ello se suma, en el caso de los morfemas prefijales, la dificultad de discernir lo que es de la base léxica. Ad-, aplicado en la perspectiva vertical ( adleuo, adsurgo), no tiene el significado “vers le haut” (p. 263), sino solo “vers”; el sentido de verticalidad lo da el lexema, no el preverbio. En cuanto que ad- expresa la aproximación a un “límite simple”, una antorcha ( facem) es un objeto adecuado de accendere; pero también una mansión puede ser concebida como un límite simple: fulmina accendunt tecta domorum. En tal caso, el preverbio representa el momento “inicial” de contacto del rayo con el objeto (a este respecto, es más precisa la descripción en p. 330 que en p. 322); el sentido de verticalidad, indicado por fulmina, es irrelevante para el uso de ad-.

Más allá del plano sintagmático, los preverbios, como otras unidades lingüísticas cualesquiera, se organizan en subsistemas que a su vez se integran en sistemas. Superar la combinación textual para situarse en el plano de los paradigmas de la lengua exige un esfuerzo de abstracción. Y en este plano de la lengua cada unidad se define por las que tienen una función inmediata a ella. Así, ad- (“aproximación a un límite simple”) se presenta como antónimo de ab- (“alejamiento de un límite simple”), a la vez que se diferencia de su sinónimo in- (“penetración en un límite doble”). Lo que une a ad- e in- es su común sentido “lativo” (“adlativo” e “ilativo”); de él participa ob-, cuyo primer significado debió de ser “sobre” (cf. poner sobre, mettre sur; marchar sobre, marcher sur), de donde la noción de “recouvrement”, y luego “frente a” (“face à”). También es lativo sub-, además de locativo, como in- y en parte ad-. El primer significado de sub- no es “du bas vers le haut” (p. 263), como señalamos hace más de treinta años; después hemos precisado esa definición en “vers le haut”, por la sencilla razón de que esta partícula tiene sentido lativo, pero no ablativo (“du bas”). Asimismo, el primer significado de de- es solo “de haut”. Y esto nos lleva a una última distinción entre realidad referencial (“du bas vers le haut” y “de haut en bas”) y función lingüística (“vers le haut” y “de haut”). Sub- y de- son los dos preverbios de la perspectiva vertical (“hacia un límite elevado” y “desde un límite elevado”). Y en esa función antigua no dejan de ser muy recurrentes, como lo es ob- en la función de “recouvrement”. Por cierto, si en adsurgo, mencionado antes, hay noción de verticalidad, se debe al preverbio primario sub-, no a ad-, añadido después.

El estudio de per- muestra que sus usos de sentido espacial son muy homogéneos y ahí radica probablemente su fortaleza. Por lo demás, no es un preverbio aislado, puesto que representa el curso medio entre los de orden “ablativo” ( ab-, ex-) y los de orden “adlativo” ( ad-, in-). Es más, convendría tener en cuenta que recibió el concurso de trans-, cuyos acompañantes iniciales cis ( citra) y uls ( ultra) no llegaron a tener función preverbial. Si ob-, al quedar aislado, se asoció a pro-, trans- buscó el apoyo de per-; entre ambos forman una oposición privativa, en la que trans- indica la “transversalidad”, como término marcado, y per- tanto el contravalor de “profundidad longitudinal” como la “profundidad” indiferente a cualquier orientación.

Los análisis detallados de cada prefijo y de los respectivos verbos compuestos se integran dentro del adecuado marco teórico; al principio hemos señalado la concepción orgánica del libro y de acuerdo con ella se ordenan sus partes y numerosos capítulos. Sin dejar de apoyarse en el análisis práctico de los textos, hay excelentes estudios contrastivos de pares y grupos superiores de verbos, como los de “obedecer”, “perforar”, “morir”, etc. Las formaciones parasintéticas y la incidencia sintáctica de los preverbios ocupan páginas de gran interés en la tercera parte. Además, el examen del comportamiento de los preverbios en un corpus de textos tan relevante como el formado por la poesía latina clásica permite a la autora hacer oportunas consideraciones sobre la creación léxica, registrar los hápax y señalar los arcaísmos o las innovaciones. Nuestras observaciones son un buen indicio del interés que nos ha suscitado la lectura de este gran trabajo. Veinte páginas de bibliografía dan una idea de la información teórica, metodológica y práctica procesada. Un índice de 440 palabras consideradas, otro de lugares citados y uno más de nociones relevantes, antes del índice de materias, son instrumentos utilísimos para la consulta del lector.

Notes

1. Bernard Pottier, Systématique des éléments de relation. París: Klincksieck, 1962.

2. Benjamín García-Hernández, Semántica estructural y lexemática del verbo. Reus y Barcelona: Ediciones Avesta, 1980.

3. B. García-Hernández, “Synonymie et analyse fonctionnelle dans le système préverbal latin”. Revue des Études Latines 72, 1994, 25-38.