Esta nueva aportación a los estudios sobre retórica escolar, muestra del interés que siguen despertando los Progymnasmata, tiene una organización radicalmente diferente a los libros publicados en los últimos decenios sobre estos, que han sido traducciones a las diferentes lenguas modernas precedidas de amplias introducciones. La aportación de Berardi constituye, por consiguiente, una novedad por su enfoque, como se explicará en las líneas que siguen.
La obra consta de varias partes introductorias. Comienza con un prefacio a cargo de la profesora Maria Silvana Celentano que explica cómo se gestó la obra. Esta originariamente se concibió como un glosario online sobre la doctrina retórica contenida en los Progymnasmata, con un resultado que pronto superó las primeras expectativas. Siguen unas páginas a cargo del autor en que se explica la organización de la obra y se subraya la importancia y potencialidad de los Progymnasmata, no solo por su capacidad de formar a la persona (en este caso al hombre) en los fundamentos de la retórica, sino también de dotarlo de una gran cultura y una sólida formación moral. El autor vuelve a estos aspectos en diferentes momentos del libro, dando ejemplos de ellos (por ejemplo a propósito del ejercicio de εἰσφορὰ νόμου).
A continuación sigue la “Introducción” propiamente dicha (pp. 15-25). En ella justifica la elaboración de este glosario por el interés actual hacia los ejercicios preliminares y por los múltiples enfoques desde los que se pueden abordar, más allá de los puramente retóricos, ya que constituyen un curso completo para adquirir competencias de comunicación oral y escrita, para la educación cívica y moral del individuo (p. 15). Los ejercicios se revelan así como un instrumento muy útil para asimilar la doctrina y para ser capaz de producir textos de manera autónoma, como una propedéutica para las declamaciones; asimismo, sirven como una lente con que leer los textos literarios porque permiten conocer sus procedimientos compositivos, especialmente de géneros como la novela, la historiografía y la poesía épica de la época imperial romana. Señala Berardi que otra aportación importante de los Progymnasmata es que a veces presentan una doctrina autónoma de la tradición retórica e introducen términos técnicos y mecanismos expresivos inéditos, como la écfrasis o la comparación que, aunque practicados desde los orígenes en la literatura, no habían sido antes objeto de reflexión (p. 18).
En las páginas que siguen (31-38) el autor realiza un repaso por la historia de los ejercicios preliminares, desde las primeras menciones y testimonios papiráceos y epigráficos helenísticos hasta la constitución de un sistema organizado en época imperial que se conservó intacto en época bizantina y llegó hasta la Edad Moderna. Describe los cuatro manuales griegos conservados (Teón, Ps. Hermógenes, Aftonio y Nicolás de Mira); en particular, subraya el carácter diferente del de Teón, por recoger un estadio más temprano, con un sistema in fieri, más influido por las escuelas gramaticales y destinado al profesor más que al alumno.
El glosario propiamente dicho ocupa el grueso de la obra (pp. 41-295) y consta de 39 entradas, organizadas alfabéticamente por su nombre en griego, al que siguen el término equivalente en la tradición latina, una traducción al italiano y otra al inglés, que dice reproducir, cuando procede, la de G.A. Kennedy, Progymnasmata. Greek Textbooks of Prose Composition and Rhetoric (Atlanta, 2003), aunque en algunos casos no coincide (por ejemplo traduce ἐγκώμιον por praise, cuando encontramos encomion en Kennedy). Estas entradas corresponden a lo que el autor denomina “términos técnicos”, y se incluyen no solo los trece ejercicios preliminares, sino otros términos que tienen un valor y función específicos en la retórica clásica y, más concretamente, que se definen y utilizan en los cuatro manuales progimnasmáticos en relación con los ejercicios propiamente dichos. Por destacar los más importantes, encontramos algunos relacionados con aspectos gramaticales (κλίσις, ἑλληνισμός), otros con actividades practicadas en las aulas (ἀκρόασις, ἀνάγνωσις, παράφρασις), otros con las virtudes de los ejercicios (πιθανότης, συντομία, σαφήνεια, πρέπον, ἐνάργεια), con sus partes (κεφάλαιον, περίστασις) o con los procedimientos de elaboración (ἐργασία); se recogen, de este modo, diferentes aspectos relacionados con la composición, aspectos que reflejan la actividad del estudiante en esta etapa de la formación retórica. La estructura de cada entrada depende de la naturaleza del término, pero los trece ejercicios preliminares (con la excepción del vituperio [ψόγος] en la relación de Aftonio) presentan el mismo esquema: denominación y definición; colocación en el currículo; clasificación: subdivisión interna en categorías; elaboración: desarrollo del ejercicio; disposición de los lugares de argumentación; estilo; y finalidad retórica del ejercicio. Aunque depende de cada término, se ofrece la doctrina de los cuatro manuales griegos conservados y de sus exégesis bizantinas como fuentes fundamentales, a la que se añaden otros autores griegos (fundamentalmente Aristóteles y Libanio, aunque de este último podría haberse sacado más provecho) y romanos (siendo Cicerón y Quintiliano los más relevantes). La doctrina se completa con la mención de la bibliografía crítica.
Para una lectura seguida de la obra, la organización alfabética tiene una serie de consecuencias que pueden confundir a un lector no experto en la materia: la entrada de “ejercicios preliminares” (προγυμνάσματα/γυμνάσματα) se encuentra muy detrás de la mayoría de los ejercicios; si se procede a la lectura lineal del libro no puede apreciarse la dificultad creciente de los ejercicios y la progresión en la formación del alumno; están separados ejercicios relacionados entre sí (como γνώμη y χρεία, ἀνασκευή y κατασκευή, ἐγκώμιον y ψόγος) y se encuentran mezclados ejercicios preliminares y otros conceptos relacionados con ellos. No abundan tampoco las referencias internas que contribuirían a interrelacionar las voces naturalmente emparentadas y que quizá habrían evitado alguna que otra repetición.
Estos pequeños inconvenientes no son atribuibles al autor, sino a la concepción de la obra como un glosario. Esta organización, no obstante, además de ser un enfoque original sobre el tema, tiene grandes ventajas, siendo la más importante la ingente información de las voces seleccionadas que se ofrece en un solo lugar, al incluir toda la teoría desde el s. I a.C. hasta época bizantina, con la inclusión de las fuentes primarias y de una amplísima bibliografía. El autor ha hecho una magnífica labor de revisión y recopilación exhaustiva de la bibliografía crítica, en la que no se echan en falta títulos importantes, salvo las traducciones al español de los Progymnasmata realizada en 1991 por M ª Dolores Reche Martínez y publicada por Gredos, y la de Nicolás de Mira a cargo de E. Redondo, publicada en 2007 por la Universidad del País Vasco.
El libro se cierra con dos índices utilísimos: el de pasajes citados (pp. 321-333) y el de términos retóricos (pp. 335-343), en el que se distinguen los términos griegos de los latinos, se ofrece una traducción y una breve descripción de los mismos.
Desde el punto de vista formal, la obra está muy cuidada y carece de erratas (quizá una sea la traducción al inglés del término εἰκών, p. 112). También son casi inexistentes los errores en la bibliografía final (por ejemplo la obra que aparece atribuida a R. F. Hock en el año 2009 se publicó en 2012, o, en la entrada de Heath 2002-2003, está incompleta la abreviatura de la revista Greek, Roman and Byzantine Studies).
El material recogido en esta obra es muy abundante y de muchísima utilidad, y facilita al especialista el acceso al mismo de forma rigurosa y ordenada, con las fuentes primarias y secundarias perfectamente identificadas; al lector interesado le permite sumergirse en una teoría muy interesante e influyente, que puede ir asimilando progresivamente. Por todo lo señalado, estamos ante una obra de referencia obligada para los estudios progimnasmáticos.