BMCR 2014.02.03

Gromatica militare: lo ps. Igino. Prefazione, testo, traduzione e commento. Collection Latomus, 339

, Gromatica militare: lo ps. Igino. Prefazione, testo, traduzione e commento. Collection Latomus, 339. Bruxelles: Éditions Latomus, 2012. 268; 6 p. of plates. ISBN 9782870312872. €49.00 (pb).

En el año 1977 salía de los tipos de Teubner la primera edición crítica moderna del tratado sobre el campamento militar del llamado pseudo-Higino ( ca. 200-212).1 Aquella edición fue realizada por Antonino Grillone, que entonces tenía 32 años. 36 años más tarde, Grillone vuelve sobre sus pasos para terminar la tarea que entonces comenzó y para dar la que debería ser su contribución definitiva a los estudios relativos al autor y a la obra, en forma de amplia introducción, nueva edición crítica, traducción al italiano y comentario.

Es esta una obra que encontraría poca competencia, aun entre las más marginadas, para alzarse con el dudoso galardón a la obra menos leída de la literatura latina. A que sea una obra tan poco leída contribuye —y no poco— la dificultad que entraña su lectura a causa de diversos factores: la realidad a la que se refiere es altamente especializada y, por tanto, requiere un conocimiento solvente de la materia; la lengua en que está escrita se encuentra repleta de tecnicismos y de términos con acepciones técnicas infrecuentes; el estado en que se ha transmitido el texto en el manuscrito Arceriano, 2 del que deriva el resto de la tradición manuscrita conservada, no es el mejor de los posibles; y, en general, la castigada paradosis del texto obliga al editor —como sucede con otros textos agrimensorios transmitidos igualmente por el Arceriano— a tener que intervenir con mucha frecuencia.

Y, sin embargo, como suele suceder con este tipo de obras, se trata de un documento de valor inestimable para el conocimiento y el estudio del campamento romano de su época, y de un tratado fundamental no sólo para conocer la lengua técnica de la gromática militar latina sino también para ahondar en el estudio de la relación entre la agrimensura y la técnica militar dentro de la cultura romana.

El volumen se abre con una breve “premessa” del autor que deja paso a la larga y sustanciosa introducción de 89 páginas. En esta Grillone aborda las cuestiones relativas a la autoría, al título de la obra y a su datación, a la lengua en que está escrita, y a los problemas textuales junto con las diferentes hipótesis y conjeturas ofrecidas en el curso de la tradición. En la introducción, asimismo, describe en detalle los contenidos de la obra, de los que plantea una consideración minuciosa y muy bien fundamentada. A la introducción le sigue un apartado dedicado a la historia del texto, en el que se desglosan pormenorizadamente todas las variantes de los apógrafos BCJ del manuscrito Arceriano (útiles básicamente en cuanto portadores de conjeturas), así como todas las intervenciones sobre el texto propuestas desde época humanística hasta las adoptadas en la presente edición. Seguidamente, se presentan las siglas, abreviaturas y estudios a los que se hace referencia en el aparato crítico.

La edición crítica y la traducción con notas, en páginas enfrentadas, constituyen el núcleo del volumen. En su texto Grillone omite ahora la referencia al folio y columna del Arceriano que presentaba en el margen del texto latino de su teubneriana. A este bloque le sigue una tabula discrepantium que registra todas las variantes presentes en las tres ediciones alemanas del XIX (véase nota 1), en su edición teubneriana, en la de Lenoir,3 y en la presente edición.

El comentario aborda a lo largo de 37 páginas los contenidos del tratado. La extensión del comentario es menor como consecuencia de las notas que acompañan a la traducción, de las numerosas acotaciones discursivas incluidas en el aparato crítico y, sobre todo, del volumen de explicaciones, datos e informaciones anticipados en la introducción y a los que se reenvía a menudo al lector. Con una introducción tan amplia y con un extenso aparato de notas acompañando a la traducción, el comentario, en cierto modo, no termina de encontrar su identidad. No queda claro qué tipo de información se ha consignado a la introducción, qué a las notas y qué al comentario. Un ejemplo de ello se encuentra en 54, 1: la nota semántica relativa a la forma verbal instabiliunt reproduce exactamente la misma información (ocho líneas de texto) que el comentario, y aun en el aparato crítico se insiste en la misma idea.

El volumen se cierra con un apéndice en el que se recopilan y explican los términos propios de la lengua agrimensoria, matemática, geométrica, militar, y de la llamada lengua cotidiana, con el índice de autores antiguos, la nota bibliográfica y una serie de ilustraciones que sirven para explicar algunos puntos del texto. No aparece, sin embargo, — y esta es otra diferencia respecto a la edición teubneriana— el siempre rentable index uerborum.

Desde el punto de vista más estrictamente metodológico, cabe señalar algunos aspectos. Primeramente, se echa en falta en la tabla de siglas y abreviaturas la identificación explícita, a través de sus signaturas, de los tres apógrafos del Arceriano utilizados, que aparecen presentados como sigue: “B codice Guelferbitano, XVI sec. trascritto in Italia, C codice Guelferbitano, XVI sec. trascritto in Italia, J codice di Jena XVI sec.”4. También habría sido útil —sobre todo pensando en el lector que, circunstancialmente, pudiera desconocer la tradición manuscrita de la obra— exponer los criterios por los que han sido elegidos estos tres apógrafos de entre todos los apógrafos existentes, así como enumerar estos últimos.

Por otro lado, el hecho de que la edición no presente un stemma, a diferencia de lo que sucedía en su teubneriana, plantea la disyuntiva de si Grillone ya no lo considera válido o si solamente lo ha excluido por estimarlo innecesario. Dado que en la edición se utilizan tres apógrafos, sería provechosa una explicación que, en la medida de lo posible, diera mejor cuenta de su relación con el Arceriano. Por ejemplo, en el stemma de su teubneriana el manuscrito de Jena (J) aparecía en el extremo de una de las dos ramas de la tradición que derivan del Arceriano, como si procediera de un manuscrito de Leiden, también sin identificar pero descrito en el prefacio de la teubneriana (p. VII) como “membr. X saec.”5 Y lo mismo vale para los casos de B y C. A pesar del carácter minucioso de Grillone en casi todos los demás aspectos, el poco espacio reservado a abordar la tradición textual derivada del Arceriano hace que, en este aspecto en particular, su teubneriana resulte más rica en informaciones que la nueva edición.

El inicio del texto se ha perdido. Así ha sido establecido tradicionalmente no solo ante la caída de un incipit con referencia a título y autor sino también a partir de las palabras con que comienza la obra: “ nunc papilionum tensionem cohortium supra scriptarum ostendimus ”; la referencia a las cohortes supra scriptae permite deducir la pérdida de una parte precedente del tratado. Por tanto, se conjetura razonablemente una laguna en el texto causada por la caída de la primera parte del tratado, en la que figurarían estos elementos. Ahora bien, en el Arceriano no existe una laguna material, ya que el texto “ nunc… ” sigue sin interrupción al anterior (un fragmentum geometriae atribuido en el manuscrito a Hyginus gromaticus, atribución que fue extendida también al tratado que nos ocupa6) en la columna b del folio 125v. En consecuencia, todo el inicio ( Hygini qui dicitur de metatione castrorum liber 7) y la laguna inicial, presentada en la edición con tres asteriscos ***,8 deberían aparecer como elementos suplidos por el editor, entre paréntesis angulares < >.

El aparato crítico de Grillone resulta en algunas ocasiones marcadamente discursivo. Un aparato crítico discursivo es la mejor solución cuando el editor no dispone de otro lugar en que desarrollar ideas o justificar decisiones. Este era precisamente el caso de su teubneriana, donde a falta de comentario, el único lugar en el que presentar información era el aparato. Sin embargo, para la presente edición Grillone podía haber introducido en el comentario toda la información que hubiera considerado oportuna, sin necesidad de utilizar el siempre antipático sistema taquigráfico, excesivamente sintético, que por su propia naturaleza requiere todo aparato crítico.

Hay que indicar también que Grillone ha adoptado en su edición una práctica poco habitual y que quizás no contribuya mucho a mejorar la legibilidad de un texto complicado como este. En su texto latino, a todas las convenciones filológicas preceptivas desde el punto de vista gráfico se añade que las divergencias respecto al texto de Lenoir aparecen subrayadas y las divergencias respecto al texto de su teubneriana aparecen en cursiva; en cursiva y subrayadas simultáneamente las divergencias con ambas. En su traducción emplea otro sistema de signos peculiar: paréntesis angulares < > para marcar elementos que no se encuentran en el texto latino pero que han sido incorporados a la traducción para facilitar su comprensión, y subrayado para los términos que considera significativos en cada pasaje.

En todo caso, se debe señalar que la traducción es uno de los puntos fuertes del volumen: no sólo permite acceder a la obra a quienes encontraban en la dificultad del texto latino un obstáculo para la comprensión, sino que además refleja clara y explícitamente cómo entiende el texto del pseudo-Higino el propio Grillone.

Se puede concluir que la nueva edición del pseudo-Higino mejora en muchos aspectos su teubneriana y, naturalmente, la completa gracias a la traducción y al comentario. A lo anterior se debe añadir otro aspecto de este libro que sin duda resultará un incentivo para el lector: sintetizar en un único volumen sistemático todas las aportaciones al estudio de la obra que, dispersas en múltiples contribuciones científicas, ha ido realizando Grillone en estos años. Un texto tan problemático y, a la vez, sugestivo como este continuará siendo objeto de análisis, de propuestas diferentes y de nuevas lecturas. Pero, en lo sucesivo, quien quiera hacerlo deberá partir de todo el conocimiento que Grillone ha recopilado en este libro.

Notes

1. Hygini qui dicitur de metatione castrorum edidit Antonino Grillone, Leipzig, Teubner, 1977. Atrás quedaban las ediciones alemanas del XIX de Lange (1848), W. Gemoll (1879) y von Domaszewski (1887), realizadas bajo presupuestos metodológicos que difieren, como es sabido, de la actual crítica textual.

2. Wolfenbüttel, Herzog-August-Bibliothek, Guelferb. 36.23 Aug. 2 º.

3. Pseudo-Hygin, Des fortifications du camp, texte établi, traduit et commenté par Maurice Lenoir, Paris, C.U.F., 1979.

4. Los manuscritos son: B= Wolfenbüttel, Herzog-August-Bibliothek, Guelf. 36.23 Aug 2 º, ff. xi-xiv, también conocido como apographum Eyndianum (s. XVI, no antes de 1546); C= Wolfenbüttel, Herzog-August-Bibliothek, Guelf. 36.23 Aug 2 º, ff. xvii-xxiv, también conocido como apographum Wouwerianum (s. XVI, no antes de 1546); ambos encuadernados con otras unidades codicológicas en una sola pieza junto al Arceriano, razón por la que comparten signatura; J= Jena, Thüringer Universitäts- und Landesbibliothek, Prov. f. 156, ff. 2r-8r.

5. En realidad, L= Leiden, Bibliotheek der Rijksuniversiteit, Scaliger. 56A, no del X sino del XVI 2 -XVII in (no más tarde de 1609). El error de la datación, que remonta a Pertz, a pesar de haber sido corregido por Lachmann, pervivió entre los estudiosos del ps.-Higino, porque Lange incorporó la información errónea a su edición (1848, pp. 20-21). Este error ya fue señalado por Toneatto en Codices artis mensoriae, t. II, Spoleto, 1993, p. 790, que además no encuentra indicios de que J derive de L. El importante estudio de Toneatto no figura en la bibliografía.

6. El texto está editado, con atribución dudosa a Marco T. Varrón, en N. Bubnov, Gerberti, postea Silvestri II, papae, Opera mathematica (972-1003), Berlin, 1899, pp. 504-508.

7. El título De metatione castrorum es conjetura de Pontano, abrazada por Grillone ya en su teubneriana en lugar del título más extendido tradicionalmente De munitionibus castrorum, también conjetural y, ciertamente, menos fiel a la naturaleza del tratado.

8. Por otro lado, al final del par. 21 aparece de nuevo la indicación ***, que conforme a lo anterior cabría entender como laguna. Pero en ese punto del texto no hay tal laguna y el aparato no ofrece ninguna indicación al respecto.